Ha llegado el día D. Son las 8.00 de la mañana en la playa del gran Roucas. Laurent me da el gorro y el brazalete con el chip para el cronometraje. Mis primos Michel, Jean-Paul y Marc ya han llegado para alentarme. Patricia me ayuda a vestir el traje de lycra antes del « briefing » que precede el traslado de los nadadores al castillo de If. El barco nos lleva en algunos minutos hasta este lugar histórico frente a Marsella.
A las 10.05 se da la salida y los 600 nadadores se dirigen hacia el primer punto de referencia : el islote Sourdaras.
Habiendo tomado la precaución de salir entre los primeros, no me molestan los participantes que despliegan sus alas con más o menos envergadura. Un leve oleage me obliga a levantar la cabeza para seguir el buen itinerario. En realidad me resulta fácil porque siempre tengo a alguien a quien seguir. Hay sirenas con las cuales es imposible competir : Lisa, Meredith y Laura por lo veloces que son y su gracia impresionante. Pude verlas a mi lado pero por muy poco tiempo dada la diferencia de nivel.
Después de contornear la isla de Endoume bordeamos la cornisa Kennedy. Me oriento fácilmente gracias al pequeño grupo que me aventaja y alguna vez un barco de la organización viene a mi altura para modificar levemente mi trayectoria. Un amago de calambre en la pantorrilla derecha me obliga a reducir la velocidad y lo arreglo haciendo algunos estiramientos. Luego recupero el ritmo. Ahora está a la vista la boya roja que indica la playa de llegada. Bastan unas decenas de minutos para alcanzarla y recorrer los últimos 500 metros para rematar la carrera.
Christine me está esperando para recuperar el chip que Patrice había fijado en mi traje y me ayuda a quitarme la aleta. Después de darle un beso muy fuerte a mi colibri que estaba esperando a su dolfinu, nos reunimos con el resto de la familia. No tengo entonces la menor idea de mi clasicación y esto me tiene sin cuidado. De golpe, a través del micro piden que me persone frente al podio. Habrán previsto, pienso yo, un premio especial para el único minusválido y querrán que esté presente para la entrega de los mismos.
En absoluto : un individuo que dice ser presidente de la Comisión comarcal de Bouches du Rhône de la Federación Francesa de Deportes Submarinos pone rotundamente en tela de juicio la marca que he realizado (1h 06’ 48’’) y mi puesto en la clasificación (3°), pretextando que por su función es buen conocedor de los buenos nadadores con aleta y yo no soy ninguno de ellos y ¡ no puede ser sino un error ! ¡ Hasta me propone un trato por el cual acepto ser 3° ex æquo con un nadador a quien había aventajado en 2 minutos !
Sin embargo, gracias a los testimonios de los organizadores y al cronometraje electrónico pude ser mantenido en mi puesto a pesar de un individuo cuyo nombre ni siquiera merece ser mencionado.
Este resultado es buena prueba de que la discapacidad no pasa de ser tan sólo una diferencia…