Idéntico a una nube, flota entre la Tierra y la Luna.
Es un sueño.
Desde hace mucho tiempo, su nombre resuena a mis orejas.
A fuerza de oírlo y pronunciarlo, me impregné; a fuerza de verlo, me encariñé. El “Mont Blanc” delinea mi horizonte, allí, en el fondo, más allá de la razón. Al más alto que se pone la mirada, su cumbre se destaca en mi línea de mira y atrae como un imán cada uno de mis pasos renqueando.
El sueño está dentro de mí.
Claro que subir allí arriba sin las piernas es un desafió, pero es algo que deseo tal como un niño hace un capricho. ¡Lo veo y lo quiero! ¡Por poco, patalearía!
Perdí los pies y la rodilla derecha en un accidente de tren. Todo el mundo me dijo que era imposible subir de nuevo alta montaña sin apoyos válidos. Pero poco a poco, después de años de excursiones sobre una prótesis y con muletas, el proyecto del “Mont Blanc” me parece cada vez más realista... aunque estoy el solo en creer, voy a poner todas las mejores condiciones posibles de mi lado. Preparación, aclimatación, material, organización, etc… olvidé nada para que el sueño se convirtiera en realidad...
Se subió El Mont Blanc el 15 de Julio 2003