Con apenas 5 años de edad, Ahmad recibe una nueva prótesis tibial. En Kabul, gracias a la Cruz Roja, este joven afgano no duda en bailar para mostrar al mundo que, aunque disminuido, aún puede devorar la vida.
Al son de la música local, el joven Ahmad ríe, canta, baila y juega. Ver el video.
La guerra civil de Sierra Leona (1991-2002) fue una de las más brutales de África. Miles de personas fueron amputadas por los rebeldes. Algunos supervivientes, acogidos en campamentos especiales, juegan al futbol. Y muy bien. Estas son sus historias. De resistencia.
Piernas, genitales, cabezas….
A sus 6 años, Mohamad Sesay –alias Baloteli- no había conocido otra cosa que la guerra. El 6 de enero de 1999 jugaba con sus amigos cuando resonaron los disparos. “Mi mamá me cogió en brazos y corrió al monte. Siete hombres nos alcanzaron, la golpearon y caí al suelo. Ella escapó, pero a mí me llevaron al pueblo. Reunieron a todo el mundo y comenzaron los machetazos: manos, piernas, genitales, orejas, dedos, cabezas…. Todos gritaban, los rebeldes disparaban, yo lloraba. Les costó cinco golpes cortarme la pierna; luego me desmayé”. Un equipo de Médicos Sin Fronteras le salvó la vida. Años después, tras una vida de penurias mendigando en las calles de Freetown, descubrió el futbol para amputados. “¡Fuimos campeones de Sierra Leona! Y fui el máximo goleador de la Copa de África”. Murió al fallarle el hígado –tenía hepatitis B- poco después de dar su testimonio para este reportaje. Tenía 22 años.
Reglas del juego.
El futbol para amputados cuenta con su propio mundial. Angola es el vigente campeón. Cada equipo tiene siete jugadores con una pierna, excepto el portero, que tiene las dos, pero le falta un brazo. Se juega con muletas, pero no se puede tocar con ellas el balón; no existe el fuera de juego; y el campo es más pequeño. Hay asociaciones nacionales por todo el mundo, también en España.